Parece increíble. Pero es así. La voluntad de un hombre, financiado por unos intereses que aún estamos por definir a ciencia cierta, logra que miles, cientos de miles, dejen su vida en pausa, dejen a sus familiares, sus historias, sus vivencias y se trasladen a hacer vida a otro país. Esas son las peripecias de muchos a través de los siglos y en éste siglo XXI la travesía de muchos venezolanos que nos hallamos en el exilio.
Uno sale con valentía, dejando atrás una vida entera. Uno sale con ansiedad por la incertidumbre de lo que viene. Uno sale con un inmenso dolor que se entremezcla con rabia e impotencia. Uno sale sin saber si algún día podrá regresar...
Por ello me propuse la ineludible tarea de mantener viva la voz, mantener la lucha y seguir desde este hermoso país que me permite opinar en plena libertad, la meta de ver a mi país libre del opresor actual. Es nuestra responsabilidad como venezolanos en el Club del Exilio.
